Soñé esa noche. Soñé que me ahogaba en una laguna de sangre espesa, y que ya muerto, mis miembros se descomponían hasta alcanzar una condición líquida, y aun siguieron transformaciones de un orden seminal multicolor. Muerto, moría un poco más, y hasta mis gusanos se asfixiaban envenenados y rabiosos.
Cuadernos del Tábano, nº 23. Alicante, agosto de 2010, p. 24.
Web de Rolando Revagliatti.
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