Son pequeñas comunidades en las que los socios,
generalmente entre 10 y 30 personas, aportan pequeñas cantidades de
dinero que les permiten convertirse en propietarios de la
CAF.
Con el fondo creado se ofrecen pequeños créditos a los socios, de una
media de 350 euros, que sirven para cubrir gastos como reparaciones,
remesas al país de origen, libros para la escuela de los niños…
La idea sobre la que se sustentan las CAF
es simple: ¿por qué no ponemos entre todos una pequeña cantidad de
dinero y creamos un fondo para darnos préstamos entre amigos, familiares
o compañeros? La clave es resolver necesidades económicas pequeñas pero
indispensables.
1 comentario:
Desde luego, una de las cosas geniales del gran crecimiento que ha experimentado internet en los últimos años es la facilidad que tienen las buenas ideas para salir adelante. Relacionado un poco con este post (quizá pueda servir como aportación) me gustó muchísimo descubrir en su día el crowdfunding. Se suele volcar mucho en proyectos artísticos y creativos, y es estupendo, porque con simples plataformas virtuales se puede conseguir que una idea, que para una sola persona podría ser imposible, pueda llevarse a cabo. Posiblemente ya lo conocerás, pero un buen ejemplo de ello es http://www.verkami.com/
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