Esta semana hemos iniciado en la asignatura de Técnicas de Ilustración el trabajo con guache. Los referentes propuestos han sido esta vez los pintores postimpresionistas. Y los alumnos han recibido una introducción sobre su obra en la asignatura de Historia de la Imagen Gráfica, impartida por Carlos Duréndez.
Hemos comentado a lo largo del curso el error que supone acostumbrarse a añadir blanco a los colores para conseguir luminosidad, ya que de esta manera, las ilustraciones tenderán hacia resultados pobres de contraste. Un truco que utilizaba para no caer en este error uno de los pintores postimpresionistas, Paul Cézanne, era poner en las primeras fases de sus obras pinceladas con los colores más claros y más oscuros. De esta manera establecía los extremos de la escala de valores dentro de la cual podía trabajar. Podemos observar esto claramente en la obra que el pintor francés dejó inconclusa, titulada Montagne Sainte Victoire. Es muy importante que os fijéis en la disposición de las pinceladas. Cézanne no acababa una zona del cuadro para pasar más tarde a otra, sino que se iba “paseando” por todo el cuadro hasta que lo daba por finalizado. De ahí nace el potente sentido de unidad de sus obras.
Paul Cézanne: Montagne Sainte Victoire, 1904-1905.
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